14 dic 2011

Una vez más


Te miro  fijamente y me tildo
Te escucho atentamente, me pierdo entre tus olas 
y me pregunto…

¿Cuántos ojos te habrán observado? cuántos te estarán observando en este mismo instante?
¿cuántos se habrán obnubilado?
¿Cuántos secretos estarás guardando?

Suspiro y  me siento acompañada por el rugir de tus olas, comprendida por tu cambio constante y privilegiada por verte menear y brillar .


Al rato mi mirada se desvía hacia tu arena desolada que dia a dia barre las cientos de huellas pisadas, pasadas…
y me pregunto…

¿Cuántos habrán caminado horas y horas eternas en busca de tus consejos?
¿Cuántos habrán pisado esa misma huella?
¿cuanta recarga emocional puede haber en cada pisada?
Serán de aquellos con mochilas pesadas que deambulan en busca de consuelo,
de aquellos enamorados que de la mano caminan sellando algún pacto de amor,
o  de aquellos que te recuerdan y te vienen a visitar simplemente en busca de esa calma, en busca de tu silencio...

Cuando dejo de lado tu mar, tus olas, tu arena  y tus huellas, 
me pierdo en aquel barco tan fuerte amarrado  como si tuviese miedo de desprenderse una madrugada de invierno...
y me pregunto aun…

¿Hace cuanto habrá anclado?
¿Pensará quedarse toda la vida pensando? ¿Esperará quedarse toda la vida esperando?
 ¿Estará planeando su fuga?
O,  simplemente vino para quedarse abrazado a tus gigantescos brazos de mareas revoltosas…
Pues me pregunto si alguna vez algo me amarrará tanto a vos…

Entonces decido no distraerme ni perderme más 
porque  tus olas celosas me piden con fuerza que les preste atención, 
y mientras el sol me guiña el ojo, yo me voy adormeciendo, 
escuchando tus latidos, en paz...
una vez más.